domingo, 27 de abril de 2014

LIRIOS SILVESTRES







Ya los quise cuando nadie les hacia caso, siempre pensé, que por ser humildes no había que despreciarlos.
¡Son invasores me decían, se apoderan del terreno y no hay quien pueda con ellos! Es cierto que cada día el terreno que ocupan es mayor, pero no me importa  Mi tesón y capricho por los lirios me hacen disfrutar cada primavera de su precioso colorido y aroma. Aunque es una pena, no siempre llego a tiempo de verlos en plena floración.
 
 No necesita grandes cuidados, es una planta agradecida que ofrece su mejor atractivo a cambio de muy poco.
 Dicen que dan suerte, por eso desde que los tengo nunca me faltó el lado positivo de ver la vida.


 Siempre agradecida por vuestras visitas y comentarios. Besos y abrazos.


           Rafaela
 

domingo, 20 de abril de 2014

RECORDANDO



 Hola a todos: De vuelta al mundo bloguero después de unos días en plena naturaleza. Contenta de volver a encontranos todos por aquí. Besos y abrazos.


Hoy quiero recordar a Junior con esta canción. En paz descanse. 


    


miércoles, 9 de abril de 2014

!ASI TE QUIERO!



Te quise. ¡Ay amor! Cuanto te quise.
En aquella nuestra primavera,
cascabel de risas en la melodía del viento,
bajo las estrellas anhelando sueños.


Te quiero amor. Como te quiero!
En las noches de verano,
cuando bajo la luna tu mirada brilla,
envuelta en  aromas de un te quiero
y al final se hace el silencio.



Te quiero. En las tardes de este otoño
de nostalgia engalanado,  
mirando caer las hojas,
llevándose nuestros sueños.

Te quiero. En las frías noches de invierno,
cuando al refugio y calor de tu cuerpo,
 me abrazas con mimo para detener el tiempo.


Te querré amor. Siempre te querré.
 Hasta ese día en que oscurezca nuestro universo.
         Guardando caricias,
         saboreando recuerdos.
             ¡Así te querré!

  
      Rafaela

 

viernes, 4 de abril de 2014

EL ENTIERRO



 Cementerio  de La Almudena. Madrid.
Como siempre los cipreses se veían bastante  antes de llegar. No era un cementerio muy distinto a los demás. Por mucho que los adornen no hay un lugar más triste que un camposanto. 

 Muy cerca de allí estaba también el Tanatorio, y en la sala 21 estaba él, de cuerpo presente acompañado por sus seres queridos. Cada uno sintiendo la pena a su manera.



 Como otras muchas cosas que se hacen por tradición, tocaba acompañar a la viuda para darle el pésame por la perdida de su ser querido.

A nadie más conocían. Solo a la mujer y sus dos hijos que seguían comentando anécdotas de toda una vida junto a su padre.

La esposa solo hablaba del buen aspecto, que le parecía ver a su difunto esposo a pesar de haber tenido una larga enfermedad. ¡Parece dormido! Que bueno ha sido para mí. Como le echaré de menos. Enrique era bueno para todo el mundo, era servicial para todo el que lo necesitaba y todos le querían. Mirad las coronas que ha recibido de amigos y compañeros como muestras de cariño.



Un pequeño revuelo denotaba que había llegado la hora de salir de la sala para acompañar el coche del difunto en su último recorrido.

Llegaron los primeros a la entrada del cementerio – Eso creyeron ellos- Una pequeña capilla. Un sacerdote en la puerta decía un responso y las últimas palabras de despedida a todos los coches fúnebres que se detenían como si tuvieran que pagar un peaje de autopista en su último viaje.

¡Decimos a dios a nuestra hermana Gerbasia… -Esta claro que este no es el coche- Será el siguiente…

Tampoco aquí se veía a la viuda de Enrique!

 Dejando pasar algunos coches más, con un intervalo de un cuarto de hora cada uno, deciden marcharse. Entendieron que habían equivocado la que seria la ultima morada de Enrique. 


             Rafaela