domingo, 26 de enero de 2014

INSTANTES







Mirando un atardecer se puede apreciar como cambia el cielo de un momento a otro y nunca son iguales las imágenes de lo que estamos viendo. Los buenos momentos en la vida como los atardeceres son instantes para saborearlos, porque cuando se van no vuelven. 


Comparto con todos los que pasáis por mi rinconcito una puesta de sol desde Madrid.


Como siempre agradecida por vuestra visita y vuestros comentarios.
Os mando besos y abrazos para repartir.


Rafaela  

domingo, 19 de enero de 2014

EL MENSAJE



Hoy soñé contigo.

 Volvíamos a estar juntas de nuevo y a reír como entonces. Con aquellas cosas nuestras de juventud que rebosaba vida.

Cuando las dos opinábamos que el cariño no solo lo da la sangre, sino el roce y las vivencias del día a día uniendo penas y alegrías.
 
 Recuerdo nuestros viajes en coche sin parar de cantar.

Aquellas zarzuelas y habaneras cantadas a coro. ¡Que bien sonaban!

Sabes que desde aquellos años no he vuelto a cantar. Si alguna vez lo he intentado se me hizo un nudo en la garganta recordándote. ¡Tenias una voz prodigiosa!

  

Recuerdas escuchar “Rio fornelio” sin saber lo que decía.

Seguro que no has olvidado nuestro “particular 23 F”

cuatro en un hotel de Mérida, muertos de miedo y dudando si continuar el viaje o no.

“El día de la fabada” en las Fallas de Valencia, o lo de “Pedir Peras al Olmo” Y “la noche del Oporto” en Estoril. O recordar “La cena de los siete curas” Estas y otras muchas, eran nuestras palabras clave para reir y ser felices ¡Que jóvenes éramos!



¿Por qué la vida nos separo? No lo sé.

Siempre había pensado que sólo la muerte separaba a los que se quieren. Quiero buscar explicación y no la encuentro. ¿O quizás si?

Fue esa época de juventud cuando no se sabe valorar lo que tienes.

Ese no saber afrontar la situación que se apodero de nosotras  
fue nuestro orgullo, o fue un brusco cambio en nuestra manera de ver y sentir la vida.


Ahora me gustaría abrazarte de nuevo como entonces

Con aquel abrazo de amigas que se quieren y aprenden una de la otra.
Porque tu también me enseñaste mucho de lo que se.
Hoy quiero que sepas que aunque no nos veamos

sigues siendo la mejor amiga que he tenido.



Te dejo este mensaje en este mar cibernético, como si fuera dentro de una botella en el inmenso océano,
esperando que un día sea descubierto por ti. Para que sepas que te quiero igual que entonces. 




 Rafaela

martes, 14 de enero de 2014

EL OLEODUCTO





Seria a finales de los años 50 cuando pasaban por La Garganta haciendo el Oleoducto. Decían que eran los americanos.   

La Garganta ( Ciudad Real )
 Para algunos niños era toda una aventura ir cada tarde después de la escuela para ver las maquinas trabajando. Nunca hasta entonces habían visto nada parecido, solo el rugir de algunas sierras cuando se hacia la tala de los eucalipto era el único ruido que perturbaba la paz y el silencio que junto con el canto de pájaros habitaban aquel solitario paraje.

 El espectáculo era demoledor, gigantescas maquinas levantaban sus garras y con ansia devoradora tiraban al suelo montones y montones de árboles, ni los mas viejos con grandes troncos y gran altura se podían resistir a aquellos monstruos de motor que llegaban haciendo un  ruido espantoso asustando a todos los animales de aquel pequeño bosque y dejando un rastro de desolación  por donde iban pasando. Eucaliptos en el suelo y montañas de tierra junto a los que por suerte habían quedado en pie era el triste panorama que se observaba en toda la zona.
   
¿Que seria aquello que estaban haciendo? Primero parecía la construcción de una gran pista de unos 20 metros de ancha. Que decían - Venia desde Málaga – Hacían una profunda zanja en medio de la pista y unos enormes tubos de acero eran soldados unos con otros y recubiertos con material anticorrosivo, mas tarde los tractores grúas colocaban estos tubos en la zanja  con la misma facilidad que si fuesen cañas de bambú, después solo quedaba el relleno de la zanja para distribuir toda la tierra movida que tardaría mucho tiempo en volver a sus condiciones originales de vegetación.

Dicen que es el progreso.- Comentaban los mayores del lugar- Un Oleoducto que llevará el petróleo a Puertollano. También hablaban de la gran catástrofe que supondría si aquello llegara a explotar algún día. -Saltaremos todos por los aires- (Decían)

Solo de oír los comentarios y ver el bosque destrozado por las maquinas, los mas pequeños no dormían tranquilos pensando en las graves consecuencias del desastre que causarían durante el tiempo  que estuvieran por allí las obras de aquellos que llamaban los americanos.  

                  Rafaela        
              

sábado, 11 de enero de 2014

- GREASE - AQUELLOS AÑOS JOVENES




Recordando aquellos años jóvenes, cuando todo lo veíamos de color de rosa y nada nos preocupaba.

La misma edad, las mismas ganas de bailar y divertidnos pensando y disfrutando solo en el presente.



Con cariño para todos los que vivisteis esos años.



Besos y abrazos.
  

sábado, 4 de enero de 2014

SOÑANDO EN REYES




Es una entrada muy antigua que me gusta recordar en estos días previos a la noche de Reyes.  
   Ningún niño en el día de Reyes debería ver truncados sus sueños. 

                          
       
                                                   



 De niños todos hemos soñado alguna vez con la noche de Reyes, seguro que todos hemos tenido una noche en la que el deseo era más especial que nunca.
Con 12 años sabes con toda seguridad el camino que traen Los Reyes Magos. Aun así cuando deseas algo con tantas ganas, quieres volver a esos días de total inocencia y que el milagro que pides sea escuchado por sus Majestades.
Lo que deseaba con todas mis fuerzas aquel año de 1959, solo eran libros para seguir estudiando ¡No era tanto lo que pedía! era solo los libros necesarios y por supuesto el permiso de mi padre para continuar en la escuela.
Ya sabía que la escuela había empezado en Septiembre, y que todas las compañeras habrían vuelto a ella (no las había vuelto a ver desde que terminaron las clases). La decisión de que no iría más,  la habían tomado mis padres en Julio cuando terminó el curso y se que me costo días y días de llanto, repitiendo que no había terminado, que justo en ese ultimo año es cuando mas interés le había puesto y entendía perfectamente lo significaba estudiar. Les contaba que la maestra me consideraba en el grupo de las que tenían cualidades para continuar y llegar hasta el bachiller. Nada les hizo cambiar de idea. ¡Tú ya sabes las cuatro reglas! Me decían. Mas que suficiente para una “mocita” ¡Si eso mismo lo pidiera tu hermano seria otra cosa, pero las chicas tienen que aprender a coser, a guisar y a cuidar niños! 

Pase aquel verano entretenida cosiendo donde Emilio, el sastre de la estación de La Garganta. A últimos de octubre nació mi hermano. Ni siquiera este acontecimiento tan esperado me hacia olvidar que podía haber seguido yendo a la escuela, por eso cuando se acercaba la fecha de Reyes tenia la ilusión y lo repetía una y mil veces. Si pudiera pedir algo para esa noche tan mágica, seria esos ansiados libros, no importaba que fueran muchos y difíciles, yo me los aprendería todos de carrerilla como aprendí  aquellas lecciones cantadas a coro, los Reyes Godos o el poema de “La Vaquera de La Finojosa” o la tabla de multiplicar cantada con aquel soniquete tan peculiar.
 
 A lo largo de la vida y en distintas situaciones eché en falta muchas veces los estudios. Me tuve que conformar con lo que me enseñó la escuela de la vida, aprendiendo de todos los que fui encontrando por el largo recorrido de mis días.      

     Rafaela.