con el sol del nuevo día.
Símbolo de la abundancia
maravillas de la vida,
colorido en armonía,
delicadeza y dulzura
ofrecen a quien los mira.
Un mar de soles parecen
en estos campos
manchegos,
donde cada verano vuelven
con su figura garbosa,
deseosos de ese beso enamorado
que les ofrece el
calido sol
con su abrazo día tras día.
Los girasoles
con su exuberante
perfección,
fueron y son, fuente
de inspiración
de pintores y poetas.