con el sol del nuevo día.
Símbolo de la abundancia
maravillas de la vida,
colorido en armonía,
delicadeza y dulzura
ofrecen a quien los mira.
Un mar de soles parecen
en estos campos
manchegos,
donde cada verano vuelven
con su figura garbosa,
deseosos de ese beso enamorado
que les ofrece el
calido sol
con su abrazo día tras día.
Los girasoles
con su exuberante
perfección,
fueron y son, fuente
de inspiración
de pintores y poetas.
Belo poema aos girassóis, Rafaela!
ResponderEliminarAbraços e bom fim de emana!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn bonito escrito hacia esa planta tan bonita y que nos ofrece unos frutos riquísimos.Un año yo puse en unos tiestos de mi terraza y me llamaba la atención cómo se giraban hacia donde daba el sol.Besicos
ResponderEliminarMe encantan los girasoles.
ResponderEliminarbesos
Los girasoles son la alegría de los campos y quienes los admiramos sentimos siempre su mirada hacia nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafaela, en este poema has puesto todo el amor que te caracteriza...Es evidente tu admiración y unidad con la naturaleza, que tanto nos enseña y nos da, amiga.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de luz.
M.Jesús
Desprende tanta dulzura el poema que cuando lo he vuelto a leer he descubierto esa palabra que me había pasado desapercibida, aunque no su concepto; y otra más: delicadeza. Tranquiliza leerlo. Un abrazo, Rafaela.
ResponderEliminarCuanta calidez y calidad hallo en este poema, odas a la naturaleza que en realidad son el reflejo de un corazón noble que brinda ternura en cada palabra.
ResponderEliminar¡Saludos!
Hola Rafaela.
ResponderEliminarPaso a saludarte y leer este bello poema.
Precioso te inspiran estos girasoles que se han posado en tu corazón.
Un abrazo.
Ambar
seguir trabajando, porque inspiró a muchas personas, incluyéndome a mí, las cosas como yo lo hago cuando estoy nueva inspiración necesaria es visitar su artículo y leer el artículo. gracias
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