Qué más da si es lunes, viernes o domingo, todos los días son iguales. El sol este año se resiste a dar calor con sus rayos, para que brote de una vez la primavera.
Hasta los pájaros siguen ocultando sus trinos, como si supieran que el mundo está triste, y es que saben que por mucho que lo intenten, no pueden alegrar los días que estamos viviendo.
Todos rezamos para que no nos toque de cerca ese monstruo maldito llamado coronavirus. Eso nos anima al despertar cada mañana. Pero no consuela, no puede consolarnos cuando estamos viendo que está dando coletazos muy cerca de nosotros llevándose a gente conocida sin poder despedirla. Y eso duele. Y duele que cada día sean muchos cientos de personas las que se lleva con su garra poderosa sin poderlo detener.
¿Qué es, y cómo es? Aunque es invisible y silencioso, lo imagino como un monstruo de siete cabezas que se ensaña con su víctima hasta conseguirla, y no se sacia con unos cientos de personas, quiere mas y mas, y recorre el mundo con ese poder invisible que le hace poderoso e invencible.
¿Podremos algún día volver a tener primaveras felices? Será muy difícil de lograr sobretodo para los mayores. Si no nos lleva el virus nos llevará la tristeza de este confinamiento obligado.
Disfrutemos de lo que tengamos cerca, aunque solo sea de unas humildes margaritas silvestres.
P. D. Esperando que todos los que pasais por este blog estéis bien, os dejo mis abrazos. Hoy más virtuales que nunca.
Rafaela.