Soy andaluza por casualidad
por eso me siento una andaluza rara.No se bailar sevillanas ni me gusta el flamenco,
no sé contar chistes ni soy graciosa.
No me gusta recordar el pueblo donde pasé mi adolescencia
pero sí sus campos de encinas y sus casas blancas.
Me gusta Andalucía sus macetas en las ventanas,
su gente, su arte y sus romerias, y también la siesta.
Me gusta el gazpacho y el salmorejo,
el aceite de oliva y las aceitunas,
las tostadas con aceite, la matanza y sus morcillas.
Y por supuesto me gustan los abanicos.
Rafaela.