jueves, 7 de enero de 2016

AÑORANZA



Si nos pidieran hablar de una época ideal de nuestra  vida, seguro que todos retrocederíamos  a nuestra  niñez. Aquella etapa tan feliz junto a nuestros padres y hermanos.
  
Recordando nuestra sierra.



 En aquellas primaveras cuando  los campos verdeaban  como una alfombra, y las blancas margaritas luchaban para sobresalir por encima de  las distintas florecillas silvestres de todos los colores, y entre ellas niños inventando juegos, recogiendo ramos de aquellas florecillas o deslizándose  ladera abajo simulando una bajada en trineo. 

La flor de la jara cubría el cerro que abrazaba toda la cima con su   gran manto blanco, arriba las grandes peñas  donde se  podía admirar la inmensidad y belleza que les regalaba tanta naturaleza  junta. Desde allí se podía divisar aquel gran bosque de eucaliptos que terminaba donde empezaban los hermosos pinares que se extendían hasta  la sierra. Desde su atalaya  imaginaban  como bajo los pinos corrían y saltaban en libertad los lobos, ciervos, venados y jabalíes que abundaban por la zona.

Y mientras tanto la flor del eucalipto inundaba el aire con aquel aroma que tanto me gustaba. Recordándolo, me parece aspirar su olor intenso e inconfundible, sobretodo el olor fuerte  y dulzón del eucalipto blanco. Parece que estoy viendo  las abejas revoloteando alrededor de sus flores aprovechando su concentración de polen.  Por algo la miel de la zona era tan especial. 

Allá abajo, junto al arroyo los huertos empezaban la temporada con los melocotoneros y demás árboles frutales en flor, era el tiempo del replanteo de verduras y  hortalizas. El huerto sin dudarlo era la alegría de los veranos, como la del invierno lo era el cerdo para la matanza.

Foto tomada del foro de La Garganta. Ciudad Real. Enviada el 13/06/2013 por efescobarb



Rafaela.

15 comentarios:

  1. Recuerdo mi infancia, adolescencia y juventud con mucho cariño, fueron unos tiempos estupendos donde nunca faltaba el juego y la diversión con los amigos y había una educación y respeto por los demás que ya no existen. Añoro esos tiempos que lamentablemente ya no volverán.Besicos

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  2. Los recuerdos de la infancia abarcan lugares y a los padres y hermanos por eso son tan entrañables, también acuden prontos los recuerdos de la maternidad, cuando somos madres. Un abrazo

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  3. Rafi, muy bonito, que bien lo relatas, por un momento parecia que estaba recorriendo aquellos parajes, con sus huertos, sus olores, aquellos melocotones de la ribera,..... ¡que recuerdos!. Rafi te felicito.

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  4. Estupendo blog.
    Bonita entrada.
    Me gustan los aromas de los jarales.
    Mi último artículo también habla de añoranzas.
    Un abrazo

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  5. Los recuerdos surgen en cualquier momento, pero cuantos más años pasan ... más fuertes y entrañables son.

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  6. Hola Rafaela, que razón tienes, si nos ponemos a recordar creo que los recuerdos mas bonitos son los de nuestra niñez, mas que nada por esa inocencia que antes se tenia y no le veíamos maldad a nada, yo me lo pase muy bien de niña, la miel que nos cuentas tenia que estar bien rica:)

    Besos.

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  7. Hola, Rafaela. Una estupenda entrada. si, efectivamente, todos añoramos los buenos momentos, la infancia, los juegos, la despreocupación. Yo lo que recuerdo son los paisajes siempre verdes de mi querido país vasco, el olor a salitre, la niebla y el sirimire, pero sobre todo, lo que más añoro es a mi abuela y a ese entrañable olor a café con leche que había por toda casa.

    Hace tiempo que me he alejado de los blogs, pero me he prometido que este año iba a activar mi cajón secreto. De hecho, ya he publicado una entrada. Así que de ahora en adelante podremos comunicarnos tambien por este medio como lo hacíamos antes.

    Un fuerte y cálido abrazo

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  8. Añoranzas, recuerdos de la niñez que atrás quedaron verdad ?

    Un abrazo

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  9. A medida que avanzamos en edad echamos de menos a nuestros padres y nuestra infancia y nos gustaría volver a ella para encontrar lo que perdimos en su día.
    Un abrazo.

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  10. Otra cosa no, pero el paisaje de nuestra infancia se puede calificar de bucólico, puro, limpio, salvaje. Con la suerte de que en pocos kilómetros teníamos la dehesa de encinas centenarias a un lado y el monte espeso e impenetrable al otro.

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  11. Cualquier tiempo pasado y feliz, sea la infancia, la adolescencia, la de estudiante, nos producen ese sentimiento de nostalgia, de saudade de dirían nuestros vecinos portugueses, mezcla de pena y alegría por la añoranza de lo que ya no volveremos a tener.

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  12. Preciosos recuerdos de tu niñez. Gracias por compartirlos. Yo a decir verdad no puedo decir lo mismo. Mis vivencias son muy diferentes. No retrocedería ni un día de mi vida a ningún lugar. Vivo el hoy. Bss

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  13. Es cierto que casi siempre la niñez viene a nosotros con un halo de felicidad muy especial. Y así es como debiera ser en todos los casos ¿verdad?
    Se nota los sentimientos tan intensos que te provoca esa añoranza, podemos sentirla contigo.

    Besos

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  14. Ahora por desgracia ya no nos van quedando ni campos. Lo que no ha devorado el asfalto, lo devora el fuego, por culpa de cuatro miserables. Desde luego como los recuerdos de la niñez, no hay nada, salvo excepciones claro está.

    Besos Rafaela.

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  15. Como comprendo tus letras, tu añoranza es tan grande como la mía, y cada palabra se me hace mía, es importante no olvidar nuestras raíces, yo también soy de Ciudad Real pero vivo en Madrid y voy siempre que puedo a empaparme de mis escarchas, mis nieblas, y como no el calor del verano que más de una vez me tortura (el calor lo aguanto malamente)
    Encantada de volver a leerte. Un beso.

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