Aquel cumpleaños iba a ser diferente, las amigas le habían
prometido que acudirían a su casa a felicitarla. Cumplía los 11 años y se sentía
mayor, y como mayor hablaba y actuaba. Lo prometido había que cumplirlo, eso le
decía su padre y así le enseñaba a no faltar a la palabra dada.
Mamá, mamá, mañana vendrán las amigas de la escuela a mi
cumpleaños!
Que no hija, que vivimos lejos del pueblo y sus padres no
las dejaran venir!
Que si mama, me lo han prometido! Las acompañará alguna
madre y no faltaran con su postal de felicitación. Vendrán por los mismos
caminillos por los que pasamos cada día hasta llegar a la escuela y cuando las
vea llegar, correré a recibirlas y abrazarlas. Ellas nunca han venido a mi casa.
Prepararemos unas rosquillas para merendar,
luego jugaremos a la comba, les enseñaré los restos de las minas y el nido de cigüeñas.
Les contaré como estas, vuelven cada primavera para tener sus nuevas crías, y
el ritual que hacen cuando traen en sus picos los renacuajos y ranas para
darles su comida. Les enseñaré los cerdos, las gallinas y las ovejas.
La noche de antes no podía dormir, solo de pesar en sus
amigas y lo bien que lo iban a pasar. A la mañana siguiente colaboró ilusionada
ayudando a su madre a limpiar la humilde casa donde vivían. Pero llegada la
tarde, aquella ilusión se fue desvaneciendo con la mirada puesta en la cuesta
que subía hasta el cerro Según pasaban
las horas la tristeza se apoderó de ella al comprobar que todo había sido una
ilusión suya, por haber creído en la
palabra de aquellas niñas.
Rafaela.
Ninguna niña debería recibir una desilusión tan grande. sin entrar a analizar la vuelta al colegio y encontrárselas, las disculpas y las desconfianzas. un abrazo
ResponderEliminarTras leer aquella desilusión infantil, espero que todo cambie y tengas un domingo feliz.
ResponderEliminarHola Rafaela, pobre niña la gran desilusión que se llevo, es cruel dar una palabra y luego no cumplirla, pero eran niñas y todo dependía de lo que quisieran los padres y si no las acompañaron tampoco tenían mucha culpa, pero fue muy triste el cumpleaños de esa niña.
ResponderEliminarBesos.
Por desgracia estas cosas suelen pasar y esa desilusión queda grabada para siempre en el corazón.
ResponderEliminarbesos
Que relato tan triste y pobre niña la desilusión que se llevó.Besicos
ResponderEliminarEss cosas duelen y a cualquier edad.
ResponderEliminarGran relato.
Besos
Ess cosas duelen y a cualquier edad.
ResponderEliminarGran relato.
Besos
Una ilusión que no vio realizarse, que triste que uno se haga ilusiones por unas palabras que no llevaban fundamento.
ResponderEliminarEspero que esta niña tuviese muchos otros cumpleaños llenos de ilusiones realizadas.
Un abrazo.
Las decepciones comienzan demasiado pronto, amiga mía.
ResponderEliminarOye, qué bonitos los bolillos que haces, menuda maravilla.
¡¡¡¡UN BESO MUY GORDO PARA LOS DOS DE PARTE DE LOS CUATRO!!!!
Con cuanta alegria ayudó a su madre a preparar las rosquillas, para con el paso de las horas la ilusión le cayó a los pies. El recuerdo de ese día es imborrable, muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Boa tarde, as ilusões começa cedo, assim aprende-se a sentir e a ultrapassar as mesmas.
ResponderEliminarResto de boa semana,
AG
Todo un placer es
ResponderEliminarLeerte
En mi cumpleaños, no tengo una fiesta, pero paso tiempo con mi familia. Solo he tenido una fiesta de cumpleaños antes. Voy a menudo a uno de mis restaurantes favoritos, recibir regalos de amigos y familiares, y tienen un gran tiempo. Muchas veces, también veo una película puede mi familia. Mi parte favorita es cuando me voy a dormir sabiendo que tuve un gran día. A veces, visito Corea durante mi cumpleaños también.
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