sábado, 28 de noviembre de 2020

RELATO DE UN CONFINAMIENTO

 

Hacía solo dos meses que había empezado el año 2020. Por fin habíamos dejado atrás el año 2019 que no podía haber sido más fatídico para nuestra familia. Desde el comienzo de este nuevo año los recuerdos de su ausencia se multiplican, por eso el año venidero no iba ser muy halagüeño. Para la gran mayoría sería un año lleno de proyectos para continuar la vida con la mayor felicidad posible.

 

Muy poco podíamos imaginar lo que estaba por llegar para paralizar el mundo por mucho tiempo. Empezaba un virus que nos cambiaría a todos la forma de vivir. Nos alertaron de la catastrófica pandemia que se nos venía encima. En principio se creyó que los más vulnerables eran los mayores y personas enfermas. Los hospitales se empezaron a colapsar y la única solución era confinar en casa a toda la población.

 

Y es aquí donde empieza el relato de un confinamiento, que fuimos pasando cada uno de la mejor manera que pudimos, y con la esperanza de que terminara todo cuanto antes.

 

Desde ahora no pueden venir hijos y nietos a verme, tampoco podré ir a verlos. Ni caminar con las amigas como es nuestra costumbre cada mañana.

 

Mejor no salir a la compra, pediré que la traigan a casa. Pero también se oye que pueden escasear ciertos productos básicos, como la harina y el papel higiénico.

 

En la TV se ven aglomeraciones en los centros comerciales. La situación es alarmante. Ya vamos sabiendo de conocidos ingresados en hospitales y algún que otro en la UCI. Eso nos va deprimiendo cada dia mas. Pero parece ser que lo peor está en Madrid. Aquí en el campo podemos estar más tranquilos.

 

Las pequeñas poblaciones lo están haciendo bien. Desinfectan las calles y procuran que los vecinos salgan lo imprescindible. Los alcaldes de los pequeños pueblos, ponen bandos alarmados por la aglomeración de gente que decide venirse a pasar el confinamiento a su segunda vivienda.

 

¿Pero hasta cuándo tendremos esta situación? Se habla de quince días o quizás un mes.

 

Serán días muy duros. (Me dice la familia) Unido a las circunstancias de tristeza que estás pasando te será muy difícil estar sola aunque te hagas la fuerte.

 

Tengo claro que deseo pasarlo aquí aunque no podamos vernos por un tiempo, aquí me sentiré más libre, y quizás más acompañada por mis recuerdos.

 

Amanece un nuevo día sin ánimo para nada, pero he de seguir la rutina y levantarme a la misma hora, como si tuviera muchas cosas pendientes por hacer. Mientras desayuno veo las noticias que son deprimentes, y pienso en toda la familia. Hijos, hermanos, amigos etc. Quiero saber de ellos cuanto antes cada dia, y al mismo tiempo que ellos sepan de mi para tranquilidad de todos. Hago unos grupos de Whatsapp. Nunca antes los había necesitado tanto como en este momento. Esto me animará al despertar me cada mañana.

 

Tengo que organizar bien el tiempo. No porque me vaya a faltar, sino porque al estar muchas horas sola, no quiero morirme de aburrimiento y desidia. Mi vida tiene que continuar con más actividad que nunca. Como no se puede salir a caminar, aprovecho la hora de salir a tirar la basura cada día. Así que me doy un pequeño paseo aunque nunca me encuentro con nadie. Todo está solitario y muy triste. Sólo oigo el ladrido de algun perro, el gluglutear o vocear de un pavo real, y el rebuzno de un burrito que se encuentra también muy solo. En mi paseo me acompaña el revolotear de las palomas que se mueven en bandadas asustadas al oír mis pasos.

Nunca antes me habian parecido tan simpaticas las hurracas. Me resulta agradable saber que hay vida a mi alrededor.

Se que estamos muchos más, pero como no nos vemos es lo mismo que si estuviera sola. .

Dicen que si me ve la guardia civil me puede multar por alejarme de casa, por eso el paseo será corto, pero no me resisto a salir un poco del camino y pisar la hierba que amanece algo húmeda. Y sin buscarlos me encuentro con algunos espárragos que empiezan a brotar después de unos días de lluvia. Todo esto sin buscarlos, parece como si crecieran a mi paso.

 

Se puede paralizar el mundo, pero la naturaleza seguirá su curso y no sabe de confinamiento. Aunque solo sea por solidaridad tengo que respetar las normas que nos han impuesto. Me siento mal de poder disfrutar de esta libertad que mis nietos echan de menos cuando hablo con ellos.

 


La tarde la dedico a los bolillos, y al teléfono. Porque, qué sería de nosotros si no tuviéramos teléfono e Internet. Llamadas de familia o amigos, videollamadas, Whasear, continuar manteniendo algo activo El blog de Rafaela, y leer las últimas noticias que nos van desanimando cada dia mas. Dicen que la cosa se puede alargar más de lo que pensábamos. 


 

 

Ah, también cotilleo algo en el Facebook, que eso ayuda a mantenerse al día de todo lo que hacen nuestros amigos. Facebook me recuerda a los patios de vecinos donde unos se reunían para charlar, mientras otros observaban detrás de los visillos para no ser descubiertos. “De esos estamos muchos” Pero que le vamos a hacer. Quien no quiera que le miren su perfil que no lo tenga. 

Después de los primeros quince días decido salir a la compra. Aunque con miedo, tengo que ver y hablar con alguien en persona, para asegurarme que no soy la única que vive asustada. Compruebo que el miedo se respira a través de las mascarillas además de verlo en la mirada de cada persona con las que me cruzo a distancia.

 

Los días pasan monótonos con la desilusión de ver que nada mejora la situación. Los malos recuerdos del mes de marzo en el 2019 son difíciles de superar y el día 28 llega, y ni la infinidad de llamadas de telefono consuelan en un día tan triste, como es el aniversario de la muerte de un ser querido. La fortaleza por muy fuerte que sea también hay veces que falla.

Las noches además de negras se presentan largas, más bien diría eternas. Con ratos de ansiedad que solo me ayudan a controlar los libros que a veces tengo que volver a repasar, para poder retener algo de lo leído. Ellos han sido y son, mi gran ayuda para pasar esas noches donde todo te parece más difícil de superar.

 Algún que otro día amaneció lloviendo, había que inventarse las actividades para no decaer. Además de recordar algunos ejercicios de gimnasia y pilates, pensé igual que otros muchos en esos dias.

¿Por qué no hacer algún dulce? Hago rosquillas de naranja, tarta de manzana y mermelada de naranja  (Os aseguro que estaba todo riquisimo) Pero tuve que parar de hacer bollos por eso de los kilos de más.

 

Entre prórroga y prórroga brotó la primarera y  llegó el verano. Por fin me animo un poquito. solo de tener aquí a unos y otros, recuperé un poco la alegría.

 

Pero el verano se fue y con él, ese tiempo de felicidad.

 

Llegó el otoño y vuelta a empezar. Creíamos que todo había pasado y no ha sido así, seguimos más o menos en la misma situación que cuando empezó todo. Además vemos como el Covid va buscando todos los rincones por donde no había pasado hasta ahora. Tenemos la misma incertidumbre a un mes de celebrar las Navidades y nos preguntamos. ¿Cómo se presentarán estas?

 

           Rafaela.

 

 

 

14 comentarios:

  1. No las celebremos, seamos comedidos y de esa manera podremos celebrar muchas mas.
    La verdadera navidad, tambien puede celebrarse en julio o en septiembre.
    Animo.

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    1. Estoy de acuerdo contigo de no celebrarlas, pero me niego a quedarme esos dias sola. Si no viene alguno de mis hijos me voy yo con ellos.
      Un saludo.

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  2. Un año que no olvidaremos jamás.Yo a pesar de vivir en un pueblo pequeño con unos 3000 habitantes el coronavirus ha hecho estragos y sigue haciéndolos más que cuando empezó así que estamos confinados sin poder salir de nuestra tierra y tampoco pueden entrar. Han sido meses muy duros y para colmo casi todo el mes de agosto en el hospital con mi marido.Yo apenas salgo más que lo imprescindible,no voy a natación ni tampoco a andar, no puedo ver a mis hijas y nietas, una de ellas con 14 años ha pasado el coronavirus e imágínate la angustia,lo cogió en el Instituto y sus padres y hermana aunque no se contagiaron han tenido que estar en cuarentena sin salir y totalmente controlados, mañana se acaba su cuarentena. Las Navidades se presentan problemáticas pues no podemos reunirnos más de 6 personas y nosotros somos 8 y claro vamos a cumplir las normas sobre todo habiendo pasado el susto de mi nieta.Esperemos que esta pesadilla pase pronto y podamos volver a la vida normal.Besicos

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    1. Hola Charo. Nos ha tocado vivir un año muy duro y lo que nos queda.
      Imagino la angustia de saber que tu nieta estaba enferma. Espero que todo vaya bien y este recuperada.
      Besos y a seguir con mucho ánimo.

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  3. ¡¡Hola Rafi!! Y tanto que ha sido, es, un año muy duro y creo que todos hemos sentido algo de lo que nos has contado en este relato durante el confinamiento, y la incertidumbre que aún sigue, hasta que todo vuelva a ser algo parecido a lo que era antes. Pero nada volverá a ser a lo que era antes, algo se ha roto dentro de todos nosotros durante este tiempo.
    Has sido muy fuerte durante estos meses Rafi, tú tenías algo más añadido lo que hacía especialmente duro todo este confinamiento. Lo de hacer rutinas, las pequeñas salidas al campo, lo de los grupos de whatsapp, te han ayudado a seguir estable, ya se está hablando de la secuela mental de esta pandemia, nos ha llenado de tristeza a todos, y lo que queda. Muchos besos y un abrazo para ti.

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    1. Lo que mas duele es que nada será como antes, al menos para mi, y no me consuela saber que será tambien para mucha gente.
      Ánimo Isabel, vosotros los jovenes teneis mucha vida por delante, ya veras como todo pasa y esto será un mal sueño.
      Un beso.

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  4. Me ha encantado ese diario, mis sobrinos, 4, todas las noches mandaban por whatsapp al grupo lo que habian hecho cada uno en su casa con su familia, y mi sobrina, es la mayor de los cuatro los ha ordenado y y ha hecho un trabajo hermoso que al leerlo lo mismo lloro que río. Yo no lo escribí y me arrepiento.
    Un abrazo enorme

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  5. Todo lo he escrito ahora recordandolo, me huviera gustado haberlo hecho dia a dia, pero en esos dias escribia poco y no se me ocurrio. Todo el tiempo he vivido como un robot forzado a seguir adelante.
    Otro abrazo para ti.

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  6. Estamos viviendo tiempos muy difíciles. Nadie pensaba que esto podría pasar, eran cosas que solo se veían en las películas. Y fíjate, por donde, lo estamos viviendo en nuestras propias carnes. No se´como va a ser el futuro. Da miedo pensarlo, por eso hace tiempo que solo intento vivir en presente.
    Ánimo y fuerza, Rafaela, para seguir luchando.
    Un abrazo

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  7. Yo empecé el año con toda la ilusión diciendo a todos que iba a ser un año muy bueno, me sonaba muy bien estos números 2020, pero ha sido todo lo contrario, un año que nos ha caído esta epidemia que estamos aprendiendo a vivir con ella.
    Lo cierto es que hay que ocuparse siempre en algunas cosas que nos vayan bien a cada uno de nosotros y saber matar bien el tiempo sin desesperaciones.
    Un abrazo.

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  8. Rafi, me ha encantado leerte, y sí duro muy duro sobre todo para las personas que viven solas o en casa pequeñas.
    Te invitaré cuando hagamos algún acto on line para que nos acompañes pues parece que esto aún no ha acabado. Un fuerte abrazo.

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  9. Rafaela, puedo recordar durante la pandemia, que nos decías que te faltaba la inspiración. Ahora ya pasado el tiempo, miras en perspectiva y puedes recordar con calma y claridad todo lo vivido. A veces debemos distanciarnos unos metros para ver mejor un cuadro, eso te ha pasado a ti. Necesitabas alejarte unos meses para volver a recordar lo pasado. Nos dejaste un buen resumen y ya veo que aprovechaste el tiempo de maravilla. Tus abanicos son preciosos y tus salidas al campo reconfortan el alma.
    Mi felicitación y mi abrazo por tus buenas letras, Rafaela.

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