Dicen que tener en mente proyectos pendientes alarga la vida.
Y aquí estoy, confiando en que ese dicho, y haciendo proyectos sin darme cuenta de que la vida se nos va en un santiamén, pensando como si me quedara todo el tiempo del mundo.
Hay cosas que se quedarán solo en eso, sueños. Otras es posible que todavía pueda realizarlas.
Me hubiera gustado saber montar en bicicleta, pero estaba mal visto para una muchacha que querían que fuera una señorita.
Lo más importante para una mujercita es llevar una casa y saber coser. Eso me decían cuando lloraba por seguir estudiando.
Esas dos cosas las descarto ya en mis nuevos proyectos.
Pero tengo otras muchas que seguro me dará tiempo a cumplir, si los pies y la vista me siguen acompañando como hasta hoy.
Aprender a pintar. Es una cosa que me encantaría en esta etapa final de mi vida.
Aprender a nadar. Algo que intenté pero se quedó pendiente en mi camino y no descarto llegar a conseguirlo.
Viajar todo lo que me sea posible.
Y por supuesto mantener vivo este blog, además de mis labores de tul y de bolillos.
Me conformo con tener tiempo y conseguir lo que por ahora son mis proyectos.
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